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| Día 3: Dinero y empleo | |
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SQuiZo Administrador
Mensajes : 225 Fecha de inscripción : 15/07/2008 Edad : 38
| Tema: Día 3: Dinero y empleo Jue Sep 25, 2008 4:41 am | |
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Un nuevo día llega y con él la certeza de que muy pronto entenderéis más sobre Damned Mirror City. Se repite la escena del día anterior y Mendigo Ted os vuelve a despertar a todos. Durante el desayuno, esta vez más relajado, comienza a explicar la visita de hoy.
- Éste es vuestro tercer día aquí, ¿verdad? Seguro que algunos de vosotros hoy al despertar todavía habéis tardado unos minutos en recordar dónde estamos. He de decir que eso nos ha pasado a todos: hay quien sueña con su hogar durante días o semanas y hay incluso quién jamás deja de hacerlo.No os lo recomiendo, de verdad. Es doloroso e inútil mantener los lazos con el mundo exterior porque ya no existimos para ellos. Si tenéis suerte, con el tiempo olvidaréis todo vuestro pasado porque habréis hallado una nueva vida aquí...- Mendigo Ted os observa durante unos instantes, estudiando la expresión de vuestros rostros- Cambiando de tema, hoy nos toca una visita tan importante como la de ayer pero mucho más agradable. Terminad pronto vuestro desayuno y os contaré todo.Mendigo Ted no espera a oir una respuesta pues baja la cabeza y comienza a devorar con avidez su desayuno
Cuando todos habéis terminado de desayunar Mendigo Ted inicia la marcha, saliendo del refugio. El grupo avanza lentamente, permitiendo que todos os mantengáis cerca de vuestro guía y de este modo podáis escuchar la explicación que va a comenzar pronto
-Por si no os habíais fijado, nadie aquí está desempleado. Nuestra comunidad da empleo a todos y cada uno de los ciudadanos, buscando uno que se ajuste, en lo posible, a sus habilidades y conocimientos. No todo el mundo queda satifecho con la asignación pero eso acaba solucionándose siempre.- la macabra sonrisa que os dirige durante unos segundos no deja lugar a dudas-... ¿entendéis?
Cruzáis varias calles lentamente sin saber hacia dónde. Mendigo Ted parece muy seguro de su camino, como siempre. Apenas se detiene ni un instante, salvo para asegurarse de que todos permanecéis a su alrededor
- Es cierto que no funcionamos como el mundo exterior pero se decidió que era mejor establecer profesiones y hacer que la gente recibiese una remuneración por sus esfuerzos. Es decir, aquí también tendréis que trabajar para ganar dinero. Dinero que luego emplearéis como más os guste. Ahora me corresponde explicar brevemente el tipo de moneda que usamos ¿verdad?...-Mendigo Ted se detiene de pronto haciendo que algunos choquéis entre vosotros al detenerse el grupo bruscamente- No sé ni por dónde empezar, la verdad. Está bien, os contaré la historia.
Durante unos instantes se crea un trepidante silencio, a la espera de algún tipo de emocionante relato
- Hace mucho mucho tiempo, en los comienzos de esta civilización, nos dimos cuenta de que en éste lugar iba a acabar gente llegada de todos los rincones del globo. Ése es el motivo por el que se decidió que no sería "justo" utilizar una moneda ya existente. Al menos una que siguiese en uso actualmente. Finalmente se aprobó que la moneda oficial sería el doblón de oro. Sí, es un tanto extravagante, pero resulta divertido... Escuchadme, hablo en serio cuando os digo que es nuestra unidad monetaria básica.- Frunce el ceño levemente al ver a algunos risueños y jocosos- No hay billetes ni ninguna moneda de valor superior. Tenemos el doblón de oro y el escudo de plata, nuestra otra moneda. El valor de un escudo de plata es una décima parte del valor de un doblón y de éste modo, un doblón equivaldría a diez escudos de plata. Sencillo, ¿no?
Mendigo Ted busca entre sus bolsillos meticulosamente sin éxito hasta que finalmente parece recordar algo e introduce la mano dentro de sus pantalones. Con disgusto véis como parece rebuscar hasta encontrar algo que rapidamente saca y os muestra. No sin cierto recelo juntáis vuestras cabezas para contemplar lo que el viejo Ted guardaba con tanto ahínco.
Ante vosotros hay una moneda de aproximadamente cuatro centímetros de diámetro de color dorado, y asombrados comprobáis que se trata de una moneda fundida en oro de verdad. El doblón pesa aproximadamente cien gramos y podéis distinguir un pentaedro grabado en ambas caras, sin texto ni otras inscripciones
La otra moneda parece ser de plata, más envejecida y considerablemente más pequeña que el doblón. Se podría estimar que tiene unos dos centímetros de diámetro y un peso aproximado de cincuenta o sesenta gramos. En ambas caras de esta sencilla moneda puede verse una estrella en relieve, quizás un tanto desgastada por el paso del tiempo. En el escudo de plata si hay una inscripción aunque desconocéis que puede significar. De algún modo parece que podría tratarse de algún tipo de jeroglífico
- Son hermosas, pero no debéis ser cegados por la codicia. No es más feliz el que mucho tiene, sino el que poco necesita. El dinero no trae la felicidad. Eso se dice siempre, ¿no?- Mendigo Ted sonríe ampliamente mientras sus manos guardan rapidamente ambas monedas de nuevo dentro de sus pantalones.
Última edición por SQuiZo el Mar Ene 20, 2009 3:48 am, editado 3 veces | |
| | | SQuiZo Administrador
Mensajes : 225 Fecha de inscripción : 15/07/2008 Edad : 38
| Tema: Re: Día 3: Dinero y empleo Jue Oct 02, 2008 1:00 am | |
| - Tal y como su nombre indica, es en la oficina de empleo dónde se asigna un oficio a todos los recién llegados. Con su aprobación o sin ella. Sin embargo, no es ésa la única función de la oficina: aquí tendréis que venir al comienzo de cada mes para recibir la paga estipulada para cada uno de vuestros oficios. Es un sistema rudimentario pero con ésto al menos así se aseguran de que nadie reciba el dinero de una persona que ya no está viva... Se trata de un edificio extravagante y llamativo, repleto de profundos contrastes: zonas circulares y redondeadas, otras superficies planas y angulosas, con puntiagudos picos y salientes y un pintoresco tejado que le da un aspecto ligeramente siniestro. Dada la descabellada forma en que ha sido construido el edificio cabe pensar que tal vez ésta arquitectura de lo imposible haya sido invocada de manera voluntaria para traer al mundo un edificio que resultase impactante y que resaltase sobre la ciudad, sin importar los edificios que pudiesen ser construidos a su alrededor Es todavía más fácilmente visible por ser uno de los únicos edificios de más de una altura de todo el nivel superior de la ciudad y por estar situado en pleno distrito residencial, una zona bastante tranquila y apacible (al estar acompañado por sencillas viviendas de una sola altura, la oficina de empleo resulta bastante llamativa siendo además el edificio más concurrido de todo el distrito).
Toda la parte frontal está rodeada por un bien cuidado jardín en el que podéis admirar el esponjoso césped natural, recortado milimétricamente y sin una sóla huella en toda su extensión. Por doquier pueden verse árboles de varios tipos, la mayor parte de ellos frutales de avanzada edad que dejan ver a los visitantes sus preciados frutos, apetitosos incluso desde la lejanía. Recorriendo el jardín, de manera sinuosa y laberíntica, puede adivinarse un camino, empedrado con finas losas de radiante mármol blanco, que lleva directamente al porche de la oficina y desde ahí a la parte trasera del edificio, por dónde continúa el jardín. Parece un lugar tranquilo y seguro, un remanso de paz en este caótico lugar que poco a poco vais conociendo. Muchos de vuestros compañeros parecen al fin relajarse un poco, después de haberse mantenido "en tensión" desde la extraña visita del día anterior.- No es necesario que os quedéis tan lejos, podéis acercaros siempre que procuréis no pisar el césped- vuestro interlocutor os hace señas con las manos de manera exagerada intentando conduciros por el impoluto sendero marmóreo. Cuando los primeros de vosotros han llegado al porche y los últimos están ya en camino, Mendigo Ted echa a caminar cerrando la marcha, caminando lentamente mientras os observa a todos con una amplia sonrisa. Pronto todos estáis reunidos en la entrada a la vivienda, frente a l rústica puerta- El administrador de éste lugar es un anciano sabio y muy amable. No creo que haya tenido jamás un incidente con ninguno de los demás ciudadanos y podríamos decir que es un ejemplo de bondad. Vive de una forma sencilla pero es feliz, algo no del todo frecuente en éste lugar. Os recomendaría que aceptéis cualquier consejo que os ofrezca y del mismo modo, creo que deberíais acudir a él si alguna vez no sabéis qué hacer. Al menos durante las primeras semanas.Vuestro guía se acerca a la puerta y pulsa el botón de color dorado que se encuentra en un lateral de la entrada. Escucháis como una campana resuena en el interior de la oficina repetidas veces, un sonido ligero y no demasiado estridente. El sonido cesa poco a poco mientras comienzan a escucharse pasos y algunas voces en la vivienda. Durante varios instantes todos los compañeros os miráis recelosos, temiendo tal vez que el "sabio anciano" resulte ser otra especie de capo de la mafia o algo peor. Algunos parecen agruparse entre ellos, con los que han hecho más amistad, quizás un poco temerosos.- Estáis muy tensos todos pero supongo que tendrá que ver con el Padre Constanza y nuestra visita de ayer. No hay motivos para preocuparse, en serio. Por si es lo que os preocupa, es más que probable que hoy no pueda entrevistarse con vosotros, así que no tendréis que hablar, de momento.-Mendigo Ted sonríe inclinando un poco la cabeza inconscientemente mientras se balancea a la espera de que abran la puerta. Distraidamente comienza a tararear a media voz mientras se mira los zapatos. | |
| | | SQuiZo Administrador
Mensajes : 225 Fecha de inscripción : 15/07/2008 Edad : 38
| Tema: Re: Día 3: Dinero y empleo Jue Oct 02, 2008 1:03 am | |
| La puerta se abre lentamente, sin previo aviso, haciendo que todo el grupo pegue un respingo al mismo tiempo. La mayor parte de vosotros se pone en guardia durante unos instantes al ser pillados totalmente por sorpresa. Incluso durante unos instantes, Mendigo Ted parece ligeramente desconcertado. Una pequeña dama, de aproximadamente 1'40 de altura y de complexión extremadamente frágil, permanece de pie ante vosotros. Su infantil rostro parece examinaros con curiosidad, del mismo modo que vosotros a ella. Su piel es exageradamente pálida, enfermizamente blanquecina bajo la luz del sol. Lleva el pelo recogido en dos trenzas que le dan un aspecto quizás todavía más infantil y un tanto siniestro. Vuestros ojos se cruzan con su mirada, de profundo color azabache, durante apenas un segundo mientras ella inclina la cabeza haciendo que sus largas coletas se balanceen levemente, sacudiéndose sobre su vestido. Prestando más atención, os fijáis en el largo vestido negro que cubre su diminuto cuerpo. Parece sin duda sacado de otra época, rescatado del olvido por esta pequeña niña que realmente semeja no pertener a nuestro tiempo. Del mismo modo que la mayor parte de vosotros estáis observando con desconcierto su ropa, ella parece mirar la vuestra hasta que Mendigo Ted se coloca en medio.
- ¡Hola cielo! Venimos a ver a Stan, ¿te importaría avisarle de que hemos llegado?-la sonrisa de Ted se ensancha hasta llegar de oreja a oreja al ver como ella frunce el ceño desmesuradamente. Diríais que éste pequeño juego parece haber comenzado mucho antes de vuestra visita. La chica se limita a soltar un gruñido molesto mientras se gira y se pierde en el interior de la casa, sin haber dicho ni una palabra
- No puedo evitar meterme con ella, pero es que tiene siempre esa misma cara de muerta y las mismas ganas de hablar que habéis visto. Trabaja para el administrador de éste lugar. Es buena encontrando a la gente. Realmente es gracias a ella que el sistema de pagas funciona correctamente porque sabe quién ha ido a trabajar y quién no. Incluso puede saber dónde han estado. Tal vez ella misma os lo pueda explicar, más tarde.
Ante vosotros aparece un hombre de unos setenta años, vestido con un informal traje negro y una sencilla camisa blanca. Su rostro, surcado por las profundas arrugas de la edad, refleja ahora una amplia sonrisa llena de impolutos y bien cuidados dientes. Aunque durante unos instantes todo el grupo se pone en guardia, pronto la tensión desaparece de nuevo ante tal amistosa presencia. Mendigo Ted inclina ligeramente la cabeza ante el que parece ser el administrador de la oficina de empleo, mientras la mayor parte de vosotros todavía lo examina con curiosidad. Es de complexión media y mide aproximadamente un metro setenta, aunque camina bastante más erguido de lo que cabría esperar para un anciano como él. Lleva peinado el pelo hacia atrás y pese a verse completamente encanecido, parece poseer una abundante cabellera. Algunos del grupo fruncen el ceño ante vuestro anfitrión, sintiendo que de algún modo lo conocen de algo. Quizás se trate de un rostro familiar o tal vez lo hayáis conocido en otro lugar. Tal vez en otra vida.
- Bienvenidos seáis todos. Bienvenido Ted. Parece que el destino no ha concedido un hermoso día incluso a los que permanecemos bajo la cúpula. Mi nombre es Stanley Martin Lieber aunque notaréis que todo el mundo me llama Stan Lee. Yo soy el gerente de éste lugar, la persona que os asignará empleo en ésta ciudad. Decidme, ¿en qué puedo ayudaros?- la sonrisa de vuestro interlocutor se ensancha ligeramente, llegando de oreja a oreja mientras os observa uno a uno, con calma y mucho detenimiento.
- Buenos días, Stan. Ellos son los recién llegados a la ciudad,ya sabes, los futuros ciudadanos que pronto recorrerán nuestras calles. Han visitado pocos lugares de momento, pero con calma les iré enseñando todo. He pesando que sería conveniente ir haciendo que se familiaricen con el sistema de empleo que usamos aquí, o al menos que vayan conociendo un poco lo que les depara el futuro. Sería interesante si pudieses decirles ya cuando podrás entrevistarte con cada uno de ellos para que así vuelvan por su cuenta, cuando le corresponda.- Mendigo Ted sonríe afable, tranquilo y relajado. Habla con el anciano en un tono cordial y amigable, muy lejos de la fría y servil actitud que mostró ante el Padre Constanza durante el dia anterior.
- Por supuesto, me parece perfecto. Ted, hay días que pienso en que no sabes cuánto te debe ésta ciudad y todos los que en ella viven. En cierto modo, nada de ésto sería posible sin ti, ya sabes. Por otra parte, me estoy dando cuenta de que seré un pésimo anfitrión si os mantengo en el porche aunque sea un sólo segundo más. Por favor, pasad al salón y hablaremos con más calma.- No deja de resultar llamativa la actitud del anciano hacia Mendigo Ted, el harapiento guía que os acompaña.
Aunque parece dudar durante unos instantes, finalmente Mendigo Ted acepta la oferta, sonriendo afablemente. Os hace gestos para que sigáis sus pasos y echa a andar hacia el interior de la oficina de empleo tras limpiarse bien los pies en el felpudo. Como siempre, el grupo comienza a moverse lentamente, receloso al comienzo, hacia el interior. Mientras vuestra vista se va acostumbrando a la relativa penumbra podéis ir sacando vuestras primeras conclusiones: se trata de una casa agradable y cómoda, decorada con esmero y paciencia intentando hacerla un lugar confortable. Los muebles son en su mayor parte de una buena calidad, resistentes y duraderos como sólo un artesano podría construirlos. La marcha se inicia en el recibidor, pequeño y desprovisto de decoración, a excepción de un lienzo pintado a mano que cuelga de la pared. Se trata de una pintura que plasma con increíble fidelidad la ciudad del interior de la cúpula e incluso podéis reconocer algunos de los edificios que ya habéis visitado.
Stan Lee camina entre vosotros con tranquilidad y, como buen anfitrión, no deja de preguntar a unos y a otros si desean algo o si tienen alguna duda que pueda resolver ya ahora mismo. Os guía por los pasillos de la planta baja hacia una gran sala, decorada con modestia y sin lujos excesivos. Resulta sorprendente descubrir que en esa habitación todas las paredes permanecen ocultas tras enormes armarios y ficheros en los que seguramente han ido almacenando datos de todos los ciudadanos de Damned Mirror City. Aparte de eso sólo hay un enorme escritorio de madera oscura, que permanece sepultado bajo montañas de documentos y expedientes, un diván de cuero negro que permanece casi pegado a la pared y varias sillas amplias y confortables.
- Supongo que Ted os habrá explicado un poco ya la funcionalidad de éste lugar, así como la historia de toda la ciudad. Es una amplia comunidad llena de ciudadanos con diferentes opiniones y ambiciones, un lugar más que interesante para vivir. Tengo curiosidad por saber qué habilidades os habrá concedido el destino y la evolución aunque me imagino que no resulta cómodo mostrarlas ante todos los demás. Decidme, ¿sabéis por qué habéis acabado en ésta ciudad? - Stan toma asiento tras el alargado escritorio y comienza a ordenar las montañas de expedientes mientras os repasa con su mirada, a la espera de que alguien habrá la boca o se pronuncie. Parece ligeramente disgustado al observar las muecas de sorpresa que aparecen poco a poco en vuestros rosotros.
- Todavía no les he explicado gran cosa. Creo que es demasiado pronto. Pensé que sería mejor que aprendiesen a sobrevivir en la ciudad como personas normales antes de saber toda la verdad. Tal vez no haya obrado correctamente - Mendigo Ted baja la cabeza levemente en señal de sumisión y arrepentimiento. Ante vosotros el anciano administrador de la oficina relaja su expresión y deja poco a poco que en su rostro aflore una nueva sonrisa ante la reacción de vuestro guía.
- No te preocupes, Ted, en absoluto. Quizás hayas obrado con más sabiduría de la que puedas creer. Estos chicos estan asustados aún y no me imagino como podrían estar si hubieses comenzando explicandoles todo- Stan hace una pausa y os observa con calma, tomando aire y buscando las palabras adecuadas para todo lo que ha de explicaros.- Vosotros, entre el resto de los humanos, habéis sido elegidos y convertidos en el primer paso de un nuevo eslabón evolutivo. Así es, la mayor parte de vosotros sois superiores a los humanos en todo y es por ello que nunca vuestra coexistencia sería posible, es por ello que aquí pasaréis el resto de vuestra vida. Como especie, los "evolucionados" no pueden ser eliminados porque sólo estaríamos luchando contra la naturaleza. Viendo vuestras expresiones me imagino que alguno ya entiende a qué me refiero.
- En el mundo exterior, a los evolucionados se les conocía como mutantes porque sólo se asociaban sus habilidades con los cambios que había sufrido su ADN. Nosotros hemos llegado un poco más lejos con las investigaciones. Es por ello que ahora sabemos que no sólo el código genético dicta cuando un humano se eleva y se convierte en contratista.- Mendigo Ted interviene, hablando lentamente como si sufriese al pronunciar tales palabras. Sus ojos se mantienen sobre vosotros, intentando predecir o adivinar qué pasa por vuestra cabeza. - Os suena la palabra, ¿verdad? La prensa amarilla hacía su agosto al estudiar a estos llamados "mutantes" o "contratistas", acusándolos de toda las catástrofes que tenían lugar. No importaba si era verdad o si nada tenia que ver con ellos. Podréis imaginar la cantidad de personas que se manisfetaba exigiendo medidas contra estos peligrosos y poderosos desconocidos. Más de un gobierno elaboró un siniestro y oscuro plan de exterminio que pronto quedó truncado cuando algunos de los contratistas comenzaron a unirse y a trabajar en equipo para defenderse. Hubo batallas y muchos murieron, en ambos bandos. Siendo sincero, podría decirse que la humanidad estuvo caminando al borde del abismo durante mucho tiempo. Quizás demasiado. | |
| | | SQuiZo Administrador
Mensajes : 225 Fecha de inscripción : 15/07/2008 Edad : 38
| Tema: Re: Día 3: Dinero y empleo Jue Oct 02, 2008 1:14 am | |
| No es la primera vez que escucháis la historia de los "mutantes". Al menos algunos de vosotros habéis podido presenciar parte de esos hechos que han ido relatando, quizás como simples espectadores tras la televisión de vuestros hogares. Pese a todo, podría decirse que nadie en la Tierra pudo permanecer ajeno cuando comenzaron a producirse las primeras grandes batallas entre humanos y los recién aparecidos contratistas. Sin embargo, este improvisado relato os está pillando por sorpresa al percataros lentamente de que, de algún modo, ahora estáis incluídos dentro de una de las facciones de esa historia. Todos tenéis secretos y ahora resulta más evidente que nunca. Por un segundo da la impresión de que todo el grupo se separa levemente, desconfiando al saber que todos ellos parecen ser contratistas.
- Tranquilo, Ted. Ha pasado mucho tiempo y ahora las cosas van mejor. Todos nos hemos esforzado para que sea así.- Stan se levanta y camina hasta junto Ted, posando la mano en su espalda con suavidad intentando reconfortarlo. El anciano administrador alza de nuevo su rostro hacia vosotros, comenzando a hablar otra vez- Algunos ya comenzáis a asimilar la idea de que todos sois contratistas. No es malo, no tenéis por qué tener miedo unos de otros. Al igual que pasa con los humanos, cada uno de vosotros es diferente y tiene sus propios sentimientos, pensamientos y ambiciones. Es por eso que no está bien generalizar cuando se trata de vosotros. Del mismo que la gente normal, también os corresponderá elegir el camino a seguir. Una senda llena de luz y oscuridad, tanta como vosotros mismos podáis desear.
- Esta reunión no durará mucho más. Todos tenéis mucho que asimilar y también mucho que aceptar sobre vosotros mismos. Prefiero dejar que tengáis un poco de tiempo para entender el proceso en el que os encontráis. No resultará fácil y puede que alguno de vosotros pierda la esperanza, pero os aseguro que estos dones que todos vosotros tenéis, pueden servir para ayudar a la gente. No hemos encontrado a ningún contratista cuyas habilidades no pudiesen ser empleadas de un modo positivo, aunque por desgracia no siempre ha sido así. Recordad éste lugar porque aquí podréis venir cuando no sepáis qué hacer. Un refugio en el que quizás podái encontrar respuestas que os ayuden a seguir el camino elegido por vosotros mismos. Stan intentará ayudar en todo lo posible, como yo. No dudéis en pedir ayuda por miedo a parecer débiles. Recordad que la unión y la comprensión hacen la fuerza.
Mendigo Ted se dirige hacia vosotros y habla durante aproximadamente diez minutos más intentando explicaros la ruta hasta la oficina de empleo desde cualquier punto de la ciudad. Poco a poco el ambiente se relaja más todavía, olvidando por unos instantes todo lo que os han explicado sobre vosotros y volviendo a recuperar la confianza lentamente. La reunión se extiende casi una hora más, en la que intentan resolver todas vuestras dudas e indicaros una fecha y un horario en el que podáis regresar cada uno de vosotros para ser entrevistados de manera individual por Stan Lee.
Cuando todo termina, el grupo regresa hacia el refugio con Mendigo Ted a la cabeza. Vuestro guía se mantiene en completo silencio durante todo el recorrido, meditando quizás en cuál será el próximo paso que todos deberéis dar el día de mañana. | |
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| Tema: Re: Día 3: Dinero y empleo | |
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